Así fuencionó el mercado fronterizo el viernes (Foto Odalís Báez)
AUTOR: ODALÍS BÁEZ
PEDERNALES.-
Declarado como “insoportable
la polvareda” que sopla en la vieja estructura del mercado dominico haitiano,
mientras el nuevo mercado anunciado en días pasado por la Dirección de
Desarrollo Fronterizo DGDF todavía no arranca, mientras las preocupaciones
entre comerciantes y visitantes se mantiene.
A lo que denominan una
odisea los comerciantes a los cuales se les demolió sus edificaciones donde
alojaban los negocios de productos manufacturados para dar paso al muro
perimetral entre este lado y Haití se mantienen preocupados, quienes alegan que
todavía no han recibido un solo centavo por el valor de sus destruidos centros
de negocios.
Clamando una y otra
vez al presidente Luis Abinader, los afectados comerciantes entre ellos Jorge
Montero, Rafael Arias, Teresa Lara, Maximiliano Rodríguez (Chivito) y otros, piden al mandatario que, en su sensibilidad
humana, que ordene se les pague la demolición de sus edificaciones, a fin de poder
construir sus áreas de negocios, lo que entienden que por no tener ahora donde
alojar las mercancías como estaban antes, tienen pérdidas con los proveedores y
una baja demanda con sus clientes.
Este viernes el negocio
bilateral realizado en la vieja estructura se mantuvo muy concurrido de
comerciantes y visitantes, que los días anteriores habían disminuido, lo que no
permitía comprar nuevas mercancías para vender a los clientes del comercio
trasbordo hacia el vecino país de Haití.
En igual forma los
comerciantes entienden que si las dos obras en una nueva y moderna edificación
para alojar el comercio a lo interno, como la verja perimetral, si sabían que
demoraría mucho tiempo, no debieron destruir las edificaciones comerciales en
la frontera sin pagarles hasta ahora un solo centavos a sus propietarios y quienes
dicen esperaran que los contratistas deben proceder a cumplir con una tasación justa
que les permita construir otras.
En mercado fronterizo
hasta este momento es el mayor medio económico entre comerciantes dominicanos y
haitianos, pero en su mayoría han perdido la fe, al ver la demora con que se
manejan las obras entre esta parte dominicana y la vecina nación.
Mayormente los fines de
semana son vistas personas de diferentes partes de la región que se desplazan a
comprar ropas usadas, y otros productos entre mercancías y agrícolas que llegan
al comercio y que hacen que familias se ganen el sustento en pequeños negocios
que están establecido en sus comunidades y sectores de ambos lados.
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