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PEDERNALES.-
Aunque
la frontera del lado haitiano sigue cerrada por parte de las autoridades del
vecino país, los vendedores de ambos lados se han visto obligados tener que
arrimarse en las estructuras de los mercados municipales para no perder la costumbre
comercial y más aún pasar por situaciones económica muy por debajo de la vida
familiar.
En el mercado municipal
de aquí la presencia de vendedores aumento más este viernes, la mayoría como es
costumbre cuando existe un impase entre ambos lados llegan de comunidades de
las colonias agrícolas como Aguas Negras, Mencia, la Altagracia, Oviedo,
Juancho, Enriquillo y paraíso de Barahona.
Aunque
la desgracia del cierre de la frontera los que más sufren son las familias más vulnerables que se les hace imposible poder comprar y vender, para poder subsistir
cuando la economía ha entrado en baja, que aun así los que menos pueden tratan
de sobrevivir como puedan.
Fue muy
notorio este viernes que haitianos sin documentos se mantenían huyendo a
escondida para no dejarse detener de migración auxiliados de militares con
fines de devoluciones, algunos fueron devueltos a su territorio
Los alrededores del mercando municipal de
Pedernales, será donde los vendedores de productos agrícolas podrán vender, en
igual condiciones después del cierre de la frontera los pobladores haitianos de
la comunidad de Anse-á-pitre también se han ubicados en el mercado municipal de
su territorio, lo que ha dividido el intercambio comercial entre ambos lados,
en medio de la informalidad donde los haitianos no pueden cruzar públicamente
para evitar represalia en su territorio
Los indocumentados algunos residen en
el poblado haitiano de Anse-á-pitre, otros en sectores de Pedernales, como
nuevo amanecer, los Altagracianos, donde residen en casas alquiladas propiedad
de dominicanos y agregados con paisanos que viven en casas alquiladas..
Haitianos que poseen documentos y otros que son conocidos son vistos
actualmente vendiendo en el mercado municipal de aquí, donde este viernes algunos
cruzaron la frontera para tratan de comprar productos alimenticios y llevar a su
territorio, otros son vistos vendiendo con poncheras en sus cabezas e inclusos
otros en pasillos vendiendo mayormente productos agrícolas ropas usadas.
A pesar
de que en su territorio el portón de acceso para cruzar hacia este lado está
cerrada por las autoridades haitianas, otros compatriotas que viven en
condiciones de pobreza a escondidas cruzan, ante el temor de doble filo, primero
por las detenciones de migración y el otro por miedo a perder lo que adquieren
o compran en establecimientos de Pedernales y/o en el mercado municipal, por
las autoridades de su territorio.
El
cierre de la puerta de su territorio para impedir cruzar a Pedernales, ha
generado inconformidad una y otra vez por los propios haitianos que ven en
peligro la subsistencia de vida, al no poder comprar los productos que ayudan a
que la familia se alimente, cuando la distancia hacia pueblo de Haití se hace más
caóticas por la distancia y lo accidentado de las carreteras.
Consultados
haitianos y dominicanos, el cierre de la frontera representa para ellos “un
atentado a la vida”, cuando las demandas siguen bajando y los adquirientes
haitianos se le hace mucho más difícil accesar a Pedernales, donde
tradicionalmente el comercio ha permitido palear la situación de ambos lados,diferente ahora a otros tiempo cuando el contrabando era una maniobras de vividores y oportunistas..
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