Por: CÁNDIDA FIGUEREO --
Cuando
era niña escuchaba decir que todo tenía
su tiempo, como si fuere un indicador que involucraba las etapas de la vida.
Para entonces mi mayor anhelo era la llegada del “Día Reyes”, pero nunca vi
llegar a Melchor, Gaspar o Baltazar y
mucho menos que estos fulanos “dejaban” al lado de mi cama una muñeca obviando
siempre mi pedido que iba mucho más allá de este juguete.
Era
una manganzona y aún seguía creyendo la
mismo cuento y no entendía además el por
qué los reyes no se llevaban la hierba que poníamos mis hermanos y yo bajo la
ama para contentar a los camellos.
Ya en
la adolescencia, un Día de Reyes nos quedamos sin dormir y vimos quien era nuestro mentor en esas lides, nuestro
papá. Fue la última vez que pusimos yerba bajo la cama. A pesar de que el
“engaño” era sano y hermoso.
En la
adolescencia jamás pasó por la mente de mis hermanas y la propia que se
produjera un embarazo. Estábamos enfocadas en los estudios e incluyo cuando era
mayor de edad antepuse a mi entonces pretendiente y esposo de por vida que no
me casaría hasta después de graduarme. Así se hizo.
En
fin, era una etapa de estar estudiando a fin de prepararse para
la vida. Esto implica sujeción en algunos aspectos.
Es vital
que tanto el padre como la madre tengan control sobre sus hijos menores e
incluso con mayoría de edad para aconsejarles sobre lo mejor para su vida.
Si son
menores se debe observar si hacen sus tareas y orientarlos en los casos que lo
ameriten. Observar que tipo de programas ven, visitar la escuela y preguntar a
la profesora sobre su comportamiento.
Además
indagar si abandonan la escuela antes de su hora y llega a la hora que pasan a
recogerla. También estar atenta a su estado anímico y conversar sobre el
particular.
Debe
recordarle a la niña o al niño (máxime
si son adolescentes) que todo tiene su
tiempo y esto le permite que puedan prepararse en el área que más les guste
para que se destaquen como hombres y mujeres de bien que tienen qué ofertarles
a la población.
Explique
a sus hijos que todo tiene su tiempo. Además recuérdeles siempre el refrán que
dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Si deseas tener un hijo o
hija de bien deben conducirles por el camino adecuado.
Nada,
absolutamente nada, se hace de un día para otro. Sus hijos son lo que usted
desee que sean. Tener hijos no es solo parirlos o darlo al cualquiera para que
asuma su responsabilidad.
Los
hijos se deben tener en la adultez, no
en la niñez porque entonces la madre y el padre tienen que asumir la doble
responsabilidad de una imberbe y su nieto.
Todo tiene su tiempo. No se debe volar antes de echar las alas. Hoy, más
que nunca, el papá y la mamá deben asumir su rol para que luego no se quejen de
que tienen un hijo con el que no pueden. Asuma las consecuencias de su
crianza. Recuerde que todo tiene su
tiempo.
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