POR: ODALÍS BÁEZ y RAFAEL FRANCO--------
La acción del
CESFRONT se circunscribe dentro del
dicho popular que reza “que el dominicano pone candado cuando le roban”, en
esta ocasión porque a un cabo de esa institución dos hombres, un dominico-haitiano y un haitiano lo hirieron de gravedad, despojándolo de su fusil, a quien
posteriormente refirieron de gravedad al hospital militar Ramón de Lara en Santo
Domingo, donde todavía permanece bajo cuidado médico.
La empalizada con
postes y una alambrada de púa dentro de una extensión de aproximadamente cuatro
kilómetros, busca evitar la inmigración masiva de haitianos indocumentados
hacia este lado dominicano, además evitar que desaprensivos trasieguen contrabandos que incluyen drogas, el robo de animales vacunos, que se ha hecho muy notorio en
los últimos meses y otras mercancías prohibidas por las leyes dominicanas.
Aunque el fusil sustraído
hasta el momento está brillando por su ausencia, las autoridades militares
adscritas al Cesfront, coordinan para tratar de localizar el arma propiedad de
las Fuerzas Armadas del país, pero al parecer las cosas en torno a su
recuperación se ponen más feas, debido a que quienes la tienen carecen de más medidas drásticas para su recuperación en territorio haitiano, según se comentó.
DE ACUERDO
Ciudadanos dominicanos
están de acuerdo con la empalizada realizada por los militares y entienden que
vez de una alambrada con postes, lo que el gobierno debe hacer es una muralla
de concreto para dividir el territorio del Haití.
Muchos creen que los
haitianos a los que se le ha servido humanitariamente, se la están jugando con
los dominicanos, prohibiendo productos del comercio como huevos, pollos, plásticos
y ahora la harina de trigo, cuando los más necesitados son ellos.
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