Periodista Cándida Figuereo Figueroa.-
Parece que fue ayer cuando tu
ausencia me hizo llorar, lo que se replica cuando te busco y no te veo. Y es
que te echo de menos por perder el privilegio de estar cerca de ti y “dormir” a tu lado para recrear mi niñez privilegiada con una madre cómo tú.
Te echo de menos, madre, porque en mi
adultez me siento más niña a causa de tu ausencia. Te busco y no te encuentro
pese a que estoy segura que estás cerca de mí.
Llevo conmigo tus enseñanzas sobre la importancia de respetar el derecho
ajeno, de no dañar a nadie y de no hacer a otros lo que no se quiere para uno.
Madre, tengo la impresión de que una
parte del mundo cojea porque abundan los que quieren llegar rápido y tenerlo todo
sin importar el costo de su indignidad.
Respecto a lo antes dicho, medre, no
he caído en “ese gancho”. No pienso defraudarte e igual piensa el resto de la
prole. Queremos lo que Dios nos tenga reservado. Respeto por
igual al más encumbrado como al más
humilde.
Tus nietos, que también son motivo de
orgullo para ti, siguen las reglas que nos enseñaste y transmitimos a ellos.
Son jóvenes ejemplares y cada día damos gracias y pedimos al creador que los
proteja dondequiera que se encuentren.
Te aseguro, madre, que todos tus
nietos son jóvenes con mucha dignidad. Mantenemos esto pese al criterio de
quienes afirman que con la dignidad no se compra nada en el súper. Esto no nos
inmuta en lo absoluto. Cada quien es dueño de su destino.
En realidad lo que te cuento de tus
nietos necesariamente no es motivo de elogios, es para que sepas que todos
parecen cortados por la misma vara: la del
respeto y la dignidad. Esto se ha replicado en los demás hijos y nietos suyos.
Sabemos que Jesucristo le tiene en
gracia y eso nos reconforta. En este
lado del mundo andan muchos chivos sueltos haciendo y deshaciendo. Sin embargo la mayoría del
dominicano es gente buena y trabajadora.
En fin, se trata de dominicanos que
no son pecaminosos y apuestan a que
tendremos un mejor país si cada quien
pone su grano de arena, porque el país es de todas las personas que luchan por
una patria mejor, no hablando, sino trabajando.
Perdona la cháchara de esta ocasión. Te queremos y
tratamos de mantener la crianza que nos enseñaste. Cada hijo no se equivoca cuando
dice que tiene la mejor mamá, ya sea que esté presente o se haya ausentado de
este mundo como es su caso. Por eso te echo de menos, madre.
Enviada a este portal
0 comentarios:
Publicar un comentario