Si las autoridades haitianas hubiesen actuado con buena intención en sus tratos con República Dominicana, no con cartas trucadas bajo las mangas, otro fuera hoy el panorama de las relaciones bilaterales.
Las cancillerías de ambos países admiten que existen tensiones que desbordan, dañan y malogran la buena vecindad, a consecuencia de las confrontaciones que surgieron desde que Haití y sus aliados internacionales comenzaron su campaña para denunciar y desconocer el soberano derecho de nuestro país a establecer sus reglas legales sobre la migración y la ciudadanía.
Desde ese momento, Haití y sus aliados han desplegado una sistemática campaña para desacreditar a República Dominicana en el ámbito internacional, acusándola de fomentar el odio, el racismo y la xenofobia, mientras por otro lado pretende presentarse ante el mundo como la Caperucita Roja a la que el lobo feroz (que somos nosotros) intenta engullirse.
Si Haití no hubiese actuado, como insinúa la Cancillería dominicana, con una doble agenda y poca sinceridad, tal vez a estas alturas las conversaciones bilaterales tuviesen un curso espléndido con resultados tangibles y reales favoreciendo la cooperación y la amistad mutua.
Pero ya se ha contaminado la atmósfera y lo que hoy predominan son los recelos de ambos lados, los actos irrespetuosos a los símbolos patrios y la sensación de que la paciencia de los dominicanos para aguantar tanto escarnio y desconsideración desde el otro lado, se agotó.
Con toda la apertura, generosidad y solidaridad con que República Dominicana asumió su papel de buen vecino luego del terremoto del 2010, abriendo su frontera al paso de los desesperados damnifi cados, hambrientos y heridos, o cubriendo necesidades perentorias en el tiempo de la emergencia, Haití pudo benefi ciarse todavía más de nuestras ayudas.
Pero en lugar de actuar de buena fe, y en correspondencia con esta actitud amiga y generosa, prefi rió sembrar los vientos que han traído estos lodos, enajenándose la oportunidad de entrar en una nueva era de paz, de concordia y de mayor cooperación.
www.realidadesdepedernales.com Fuente:listindiario
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