“Acompañamos
y abrazamos a los pueblos de Cuba y Estados Unidos en esta nueva etapa de sus
relaciones históricas, y felicitamos a los presidentes Raúl Castro y Barack
Obama por su disposición al diálogo y al establecimiento de una convivencia
civilizada y productiva entre ambas naciones.” Miguel Mejía, secretario general
del MIU.
Santo Domingo, D.N. En
una breve y emocionante alocución dirigida al país y al mundo, transmitida al
mediodía de hoy, 17 de diciembre del 2014, el presidente de los Consejos de Estado
y de Ministros de la República de Cuba, general de ejército Raúl Castro,
comunicó importantes noticias que sitúan las relaciones de su país con los
Estados Unidos en una nueva y prometedora etapa, muy diferente a la que ha
prevalecido durante los últimos 53 años.
En
su presentación, Raúl Castro reiteró la disposición al diálogo con el gobierno de los Estados Unidos, sobre la base
de “…respeto, igualdad soberana, y sin menoscabo de la independencia nacional y
la autodeterminación”. Desde este ángulo, según reiteró, todas las diferencias
entre ambas naciones pueden ser resueltas “…mediante negociaciones, y sin ceder
en los principios”.
Tras
sostener conversaciones confidenciales al más alto nivel, celebradas bajo los
auspicios del gobierno de Canadá, y contando con la mediación del Vaticano y el
papa Francisco, que incluyeron un intercambio telefónico directo entre los
presidentes Raúl Castro y Barack Obama, ambos gobiernos llegaron a acuerdos de importancia histórica,
entre ellos, el intercambio de prisioneros que cumplían condenas en ambos
países, incluidos espías al servicio de la CIA y el contratista norteamericano
Allan Gross, de un lado, y de Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo
Hernández, jóvenes que cumplieron 16 años de cárcel en los Estados Unidos,
acusados de infiltrar organizaciones
terroristas anticubanas en La Florida.
Pero
sin dudas, lo más prometedor que se pudo conocer en la alocución del presidente
Raúl Castro fue la decisión de ambos gobiernos, de restablecer las relaciones
diplomáticas, rotas por decisión norteamericana desde enero de 1961, con lo
cual se abre un prometedor compás de espera y se allana el camino para acciones sucesivas, que deben llegar hasta la
completa eliminación del aún vigente bloqueo económico y financiero contra
Cuba. Al respecto, el presidente cubano señaló que, si bien esta medida que ha
causado, y causa, enormes daños, dificultades y sufrimientos al pueblo cubano
se fundamenta en leyes emanadas del Poder Legislativo estadounidense, el Poder
Ejecutivo tiene facultades para modificar, suavizar e ir neutralizando su
aplicación, lo cual ha de esperarse.
Según
palabras de Raúl Castro, en lo sucesivo, “… se impone la propuesta y aprobación
de medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y la normalización de los
vínculos”, entre las que señaló la cooperación en los organismos
multilaterales, la remoción de los obstáculos que dividen a los pueblos y las
familias, y el establecimiento de intercambios postales y de telecomunicaciones
directos, todo lo cual enseñará a ambas partes “…el arte de la convivencia
civilizada, a pesar de las diferencias”.
Entre
las principales diferencias que aún enfrentan a ambos gobiernos, y que deben
ser objeto de conversaciones y acuerdos, Raúl Castro señaló las nociones
contrapuestas existentes en temas tales como la democracia, la soberanía
nacional, los derechos humanos y la política exterior.
Los
amigos y aliados tradicionales de la Revolución cubana, en todo el mundo, y
especialmente en República Dominicana, saludamos este primer paso, sin dudas
prometedor, y esta victoria de la razón sobre la irracionalidad, y de la paz y
la convivencia pacífica sobre las políticas agresivas y hegemónicas, seguros de
que son el fruto palpable de una nueva correlación mundial de fuerzas, de la
imposición del realismo sobre los dogmatismos en la política internacional, y
de la lucha de los pueblos por su soberanía, la conquista de la justicia
social, la autodeterminación y la libertad.
Acompañamos
y abrazamos a los pueblos de Cuba y Estados Unidos en esta nueva etapa de sus
relaciones históricas, y felicitamos a los presidentes Raúl Castro y Barack
Obama por su disposición al diálogo y al establecimiento de una convivencia
civilizada y productiva entre ambas naciones.
Se
trata de un primer paso, sin dudas, muy importante y esperanzador. Aún queda
mucho por hacer.
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