En una de las aventuras espaciales más arriesgadas y emocionantes en muchos años, la sonda interplanetaria Curiosity de la Agencia Espacial de Estados Unidos penetró los cielos rojizos de Marte la madrugada del lunes, depositándose suavemente en la superficie de un cráter gigante en el planeta rojo.
La nave envió casi inmediatamente un señal que confirmaba su aterrizaje, aunque esa señal tardó varios minutos en llegar a tierra, en lo que ha sido calificado como los “siete minutos de terror”, en referencia a la pérdida momentánea de señal durante el aterrizaje.
Un coro de aplausos y de ovación resonó a esa misma hora por el Laboratorio de Propulsión a chorro de la NASA en Pasadena, y curiosamente, también en Times Square, en Nueva York, donde se dio la noticia en las pantallas gigantes de ese lugar.
"Aterrizaje confirmado", dijo el ingeniero Allen Chen. "Estamos seguros en Marte", destacó.
Minutos después, la Curiosity respondió enviando las primeras fotografías en blanco y negro del interior del cráter en las que se reflejaban su rueda y su sombra, delineada por el sol de la tarde.
"Al parecer aterrizamos en una buena zona plana. Linda, realmente linda", destacó el ingeniero Adam Steltzner, que dirigió al equipo que concibió el ingenioso método de aterrizaje.
Se trata del séptimo aterrizaje de la NASA en el planeta vecino de la Tierra, una destreza difícil de adquirir, como atestiguan los muchos intentos realizados por Estados Unidos y otros países en pasar cerca, darle la vuelta o aterrizar en Marte que fracasaron.
La llegada fue intento especialmente riesgoso porque la NASA puso a prueba una nueva técnica de descenso. También se intensificaron las presiones porque los problemas presupuestarios obligaron a la NASA a modificar el proyecto.
Fue un despliegue de ingeniería de riesgo, en un intento de acrobacia dentro de los primeros "siete minutos de terror", mientras Curiosity se deslizaba a través de la atmósfera marciana a 20.920 kilómetros por hora (13.000 mph).
La sonda es del tamaño de un pequeño automóvil, por lo cual los expertos tuvieron que crear una nueva manera de estabilizarla. Por primera vez, los cables fueron usados para depositar la sonda suavemente dentro de un enorme cráter.
Curiosity fue lanzada para estudiar si el ambiente marciano tuvo alguna vez condiciones como para permitir la vida de microorganismos.
El viaje tardó más de ocho meses y abarcó 567 millones de kilómetros (353 millones de millas).
Fuente: VOA Noticias Tomado de: Almomento.net
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